sábado, 21 de marzo de 2020

Espinita


Con esto te tenías que apañar a hacer cross, enduro, trial... y
lo que te dejaran!
¡Cómo pasa el tiempo de rápido! Hace casi cinco años que decidí volver a salir del asfalto, motivado por aquellos dulces sueños de juventud, en los que el trial y el enduro, ocupaban todo mi foco de atención, en lo relativo a las motos. En aquellos años, la carretera, la velocidad y otras muchas modalidades, estaban en un segundo, o tercer plano. Los medios eran los que eran y uno se tenía que apañar con lo que tenía. 

Y hace casi cinco años, decidí quitarme aquella espinita, como os conté en esta entrada. En aquel momento, yo llevaba la solera de otros quince años sin pisar lo marrón. Sumado esto a que estaba menos en forma que Chanquete, cada vez que sacaba a dar una vuelta a aquella GasGas 327, volvía a casa molido. Me encantaba esa moto, sus formas, su sonido y cómo traccionaba. Como cualquier moto de trial de entonces, nada más. Pero yo lo desconocía hasta entonces y me sorprendió en todo. Lo técnico y complicado que es
Aquella GasGas estaba perfecta.
mantener la trazada, según lo inclinado del terreno. O cómo sortear obstáculos levantando la rueda delantera desde parado. En definitiva: llegaba a casa con agujetas hasta en el elástico de los calcetines. Me desinflé en seguida y a los pocos meses la vendí por el mismo precio que me había costado. Una pena. 

Dos años después de aquella breve incursión en lo marrón, llegó la KLX y empezaron las rutas trail, los viajes intentando huir del asfalto y alguna que otra zona complicada por la que pasar. Y aunque los barrizales y la arena suelta de desierto siguen sin gustarme, en el resto de terrenos me siento ya bastante cómodo. Aprovechando esta vuelta al campo, la idea de volver a tener una moto de trial post-clásica, posterior al año 86, sigue revoloteando en mi cabeza. Y ya puestos a darle el uso que se le tiene que dar, he hecho un pequeño estudio de lo barato, o caro, que sería correr un campeonato regional de esta especialidad. No sin cierta sorpresa, he de decir que puede que sea la modalidad más asequible para competir. A grandes rasgos, correr una temporada completa incluyendo moto, saldría por unos 3.000€:
Los viajes con la KLX

- Moto: 1500€. Es realmente poco dinero para una moto que ofrece tanta diversión. Por poner un ejemplo, mi GasGas 327 costó 1200€. Como no estaba matriculada, no hubo coste de transferencia, ni ITV, ni seguro. Tampoco puedes circular por la vía pública con ella, de forma que los entrenamientos que hagas, deben de ser en lugares privados.

- Licencia federativa: Es necesario estar federado para poder participar en cualquier campeonato reglado y el seguro de accidentes colectivos está incluido. Como he puesto de ejemplo un campeonato regional, en mi caso he mirado el de Madrid. El coste de la licencia ha de incrementarse en 50€ por no pertenecer a ningún club, con lo que el precio anual es de 300€.

- Inscripción: El campeonato madrileño de trial de clásicas, consta de 6 pruebas. El precio de inscripción a cada prueba es de 50€, con lo que si participamos en todos los triales, el desembolso por año sería de otros 300€.

- Desplazamientos: Al ser un campeonato regional y viviendo, en mi caso, en la misma comunidad
Ejemplo de lo que podría ser una buena candidata.
autónoma, este coste no es alto. Es necesario tener un remolque para poder llevar la moto hasta donde se organice el trial. Teniendo en cuenta todos los gastos asociados al día en sí del trial, creo que unos 60€ por día serían suficientes. Con lo que nos iríamos a 360€ al año. Redondeo a 400€, para imprevistos, que siempre salen.

- Mantenimiento de la moto: El repaso mínimo que tendríamos que hacer a la moto, debería ser suficiente para poder correr las seis pruebas del calendario. Si bien, habría que repasar a fondo suspensiones, frenos y un repaso al motor. Como somos muy mañosos y no nos da tiempo meter mano a nuestras monturas, todos estos trabajos los haríamos en casa. Pero he preferido estimar unos 500€ para el mantenimiento, en caso de rotura o avería.

Si estos costes los comparamos con correr un simple campeonato de resistencia en Vespa, o incluso cualquier regional de cross, o enduro, siempre nos vamos a ir a más gasto. Gran parte de ello debido al coste de la montura. en el caso de los campeonatos de resistencia de scooter, tanto la inscripción, como los desplazamientos, son más costosos. Y si nos vamos a velocidad, quedándonos en el ámbito regional, el coste de la moto y mantenimientos, también superarían con creces la cifra que he estimado.

Y a disfrutar, que son dos días!
¿Es asumible este coste? Lógicamente depende de la economía de cada uno. El desembolso más fuerte será el de la compra de la moto. Después el pago de la licencia federativa. Pero el resto será un goteo durante el año que apenas notaremos. ¿Y qué hago yo que no me he apuntado ya? Todo se andará, supongo. De momento necesitamos volver a la normalidad, poder volver a sacar la moto, sentir el aire en la cara y disfrutar de lo que más me gusta. Después es posible que pruebe. El año pasado ya probé el participar en una carrera de resistencia en Vespa y también me quedé con las ganas de más. Además, siempre se puede correr una sola prueba, pagando la licencia por el día, únicamente, con lo que se facilita el acceso a los novatos, como yo. ¡A la vejez, viruelas!

Uves y ráfagas.

J. Gutiérrez.


No hay comentarios:

Publicar un comentario